POR LUIS GARCÍA OLIVO

FOTOS JORGE BARRERA Y JESÚS TÉLLEZ

Enfado generalizado, poca hambre de futbol, escasa idea de variantes y nula respuesta durante los 90 minutos provocaron el repudio de los seguidores para dar comienzo con el “¡Fuera Osorio!, pues lo que iba a ser un nuevo bálsamo en el estadio Azteca terminó por ser una lápida más para el entrenador colombiano.

México no tuvo ni pies ni cabeza frente a una Honduras que llegaba por una nueva versión del “Aztecazo”, pero se salió con un puntito que los metió de lleno al Hexagonal final de la Concacaf.

Un insipiente 0-0 evidenció una vez más que el Tricolor le queda grande a Osorio, quien no sanó algo de heridas por lo ocurrido contra Chile, así lo que el triunfo ante El Salvador ni le ayudó un poquito.

Es cierto que las ausencias de “Chícharo”, Oribe,”Tecatito” y Raúl terminaron por pesar, pues anoche nadie estuvo fino, pero aun así no hay pretextos para remediar el papelón ante la gente del Azteca. La deuda se recrudece, aumenta y parece no tener freno, más cuando el inicio del Hexagonal está a la vuelta de la esquina.

EL JUEGO

Nuevamente la inconsistencia mexicana orilló al repudio de la gente a través del abucheo. El fantasma del episodio Cuscatleco nuevamente se dio, pero ahora en el estadio Azteca y con un aburrido 0-0 en los primeros 45 minutos.

Osorio confirmó una vez más que es incapaz de mantener un equipo enchufado, ofensivo y colectivo durante los 90 minutos. Otra vez regaló un paupérrimo tiempo. Ya sea por una u otra razón, por rotaciones o hasta falta de conexión con los jugadores que recibieron la oportunidad, México no ofreció nada contra los hondureños en la primera mitad.

Ligeramente, Honduras fue el que propuso un poco más y para ejemplo sus tres llegadas de peligro en los apenas diez minutos de juego en donde con tiros lejanos y hasta en mano a mano de Alberth Elis con Alfredo Talavera evidenciaron la poca labor mexicana.

Del lado Tricolor, solamente un zurdazo de Guardado y un pase de Layún a Moreno fue lo poco con lo que peligraron el arco catracho. En la cancha, varios Tricolores estaban en otra órbita. Reyes perdía con facilidad, Aquino, Sepúlveda y Zaldívar no se conectaban al frente, Layún y Dueñas no proyectaban por las laterales y hasta Herrera y Guardado estaban tibios al mediocampo. México no daba ni muestras de cómo salir del letargo.

Osorio desde la banca apuntaba todo, analizaba en cunclillas y no encontraba respuestas sobre el por qué nuevamente no funcionaban.

Y es que los cuatro nuevos ingresos, Talavera, Dueñas, Reyes y Zaldívar, no enchufaron al cien con los siete elementos que arrancaron en San Salvador. Moreno, Ayala, Layún, Aquino, Herrera, Guardado y Sepúlveda recibieron un nuevo voto de confianza.

El primer tiempo se iba y con él, la rechifla generalizada del respetable que animaba las gradas a través de olas y el tradicional “¡pu…!”, pero no por lo ocurrido en el terreno de juego. A los 22 protagonistas los mandaban a las regaderas con abucheos.

Iniciada la parte complementaria y en busca de despertar, Osorio mandó a la cancha a Lozano por Sepúlveda. Inmediatamente en la primera pelota del “Chucky” perdonó ante un pase servido de Ángel Zaldívar y un marco totalmente abierto.

Dicha manifiesta fue apenas un chispazo, ya que otra vez el Tricolor regresó a su peor versión. No jugaba a nada. Dueñas dejó la cancha e ingresó Orbelín, quien ocupó el mediocampo y Reyes pasó a la lateral, pero ni aun así.

Era difícil describir lo ocurrido, solamente par de pases eran los finalizados, la pelota era perdida rápidamente y nadie lo intentaba desde fuera, mientras que Alberth Elis hasta demostraba su corpulencia.

Herrera daba la cara por Osorio cuando a éste le gritaban ¡fuera! y con tiro lejano despabilaba al portero catracho ante la búsqueda de Zaldívar. La gente expresaba su repudio y el “¡Fuera Osorio!” se reproducía hasta los tímpanos del entrenador que estaba como león enjaulado y los jugadores buscaban rescatar algo en los minutos finales como en el caso de Moreno.

No obstante el marcador estaba finiquitado, Honduras no emulaba el “Aztecazo”, pero sí con el punto que los ponía en la siguiente fase, mientras que México no pagó deudas con sus aficionados, sino al contrario las aumentó y vio el nacimiento del ¡Fuera Osorio!