24, abril 2015 - 12:22
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EFE
Juventus, rival ante el que el Real Madrid vivió uno de los grandes momentos de gloria de su historia, en la final de la Séptima Copa de Europa en el Arena de Amsterdam, también ha dejado al conjunto madridista importantes decepciones recientes, como el inicio de la ‘maldición de octavos’.
El tanto del montenegrino Pedrag Mijatovic ante el cuadro turinés significó el fin de una larga travesía madridista por el desierto de varias décadas y el regreso a la gloria del equipo que aquel año dirigía el alemán Jupp Heynckes.
El Juventus, con el francés Zinedine Zidane por entonces como gran referencia, tuvo que claudicar en el feudo del Ajax ante la pujanza del equipo madridista.
Los juventinos, en cambio, se tomaron una cierta revancha cinco años después y destronaron al Real Madrid en la única vez que se enfrentaron en semifinales de la Liga de Campeones. Fue en la temporada 2002-03 y remontaron el 2-1 con el que se presentaba el cuadro blanco como botín del Santiago Bernabéu, con un 3-1 en la vuelta en Delle Alpi.
El brasileño Ronaldo llegó ‘tocado’ al enfrentamiento. Vicente del Bosque, por entonces técnico madridista, no contó con el atacante de salida. Tuvo que hacerlo en el segundo tiempo, cuando la ‘Vecchia Signora’ mandaba ya en el partido por 2-0 y en la eliminatoria gracias a los goles del francés David Trezeguet y de Alessandro del Piero.
La salida al campo del ‘Fenómeno’ hizo temblar al Juventus. Poco después el Real Madrid tuvo la gran ocasión para igualar la confrontación merced a un penalti del uruguayo Montero a Ronaldo, pero el disparo del portugués Luis Figo, actual candidato a la presidencia de la FIFA, lo detuvo Gianluigi Buffon.
El checo Pavel Nedved, representante juventino en el sorteo de este viernes en Nyon, sentenció la eliminatoria con una acción rápida. De nada valió el gol postrero de Zidane, que ya militaba en el Real Madrid.
Dos años después, el Juventus volvió a frenar el sueño madridista. En esta ocasión fue en los octavos de final de la temporada 2004-05. Fue la eliminatoria que dio inicio a una maldición de seis años, en los que el Real Madrid fue incapaz de superar esa barrera.
Iván Helguera, en la ida, firmó el 1-0 del Real Madrid, que en la vuelta sucumbió por 2-0 en la prórroga, a la que se llegó tras igualar la eliminatoria Trezeguet. Fue en esta ocasión el uruguayo Marcelo Zalayeta el que selló el k.o. blanco que dirigía el italiano Fabio Capello.
De hecho, el Real Madrid, que ya antes de la noche de Amsterdam ya había sucumbido ante el conjunto turinés (cuartos de final de la campaña 1995-96), tan solo ha conseguido ganar en su primera visita a Turín merced a un tanto de Alfredo di Stéfano el 14 de febrero de 1962, que dio el triunfo en el viejo estadio “Comunale” en el partido de ida de los cuartos de final de Copa de Europa.
En esa eliminatoria llegó una de las anécdotas curiosas de la competición de clubes más prestigiosa del mundo, cuando en el Santiago Bernabéu, Di Stéfano obligó al árbitro a cambiar el uniforme del equipo turinés que había cambiado su habitual vestimenta a rayas verticales blancas y negras por una camiseta totalmente negra. Su vestimenta coincidía con el que entonces llevaban los colegiados y jueces de línea.
En el descanso y perdiendo el Real Madrid 0-1 con gol de Omar Sívori, la ‘Saeta rubia’ entró en el vestuario del árbitro francés Guigue, le entregó la camisetas moradas de la segunda equipación madridista y amenazó que o se la ponía el Juventus para la segunda parte o no salían a jugar. Lo consiguió pero el resultado no varió y en el primer duelo oficial europeo entre dos grandes de Europa, se decidió en un desempate en París en el que se impuso el conjunto español (3-1), con dianas de Felo, Del Sol y Tejada.