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Mira

18, marzo 2015 - 21:15

┃ María Vega

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POR HÉCTOR REYES
FOTOS: ALBERTO MONTALVO

VIANEY de la Rosa Rojas es tan ligera como una pluma, pesa alrededor de 40 kilogramos y su estatura no rebasa el metro y 50 centímetros, pero su corazón es tan inmenso como el guepardo, el felino más rápido del mundo con el cual se siente identificada y así lo expresa en las carreras de gran fondo, en un regreso que la ha sorprendido a ella misma después de estar inhabilitada por lesión prácticamente todo el 2014.
“A esto me dedico, esto es lo que me gusta, esto es mi vida y trato de hacer lo mejor en cada carrera. Los consejos de mi entrenadora los sigo al pie de la letra: correr con inteligencia, no tener miedo y la seguridad que nos da el propio entrenamiento. Todo atleta sueña con una medalla y trabajo muy duro para eso”.
En los primeros días de enero, en el maratón de Houston, la atleta que tiene apenas cinco años enfocada de manera profesional al gran fondo en el equipo de la polaca Wanda Panfil y el mexicano Martín Pitayo, logró ganar su boleto a los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 o el Campeonato Mundial de Atletismo en Beijing (califican las dos primeras a la justa continental y las dos siguientes al mundial), con una marca de 2:32:01 que la ubican en el lugar 70 del mundo.
El maratón de Houston fue planeado para hacer una marca para ir a Juegos Panamericanos, con esa marca creo que no tendré problemas para calificar, pero hay que esperar a mediados de abril para ver si no dan una mejor marca y tener mi debut en una justa oficial del ciclo olímpico”, señaló la atleta que tiene como referencia a Grisela Olalde (2:35:43) y Margarita Hernández (2:45:16).
De 28 años, aunque no los aparenta, Vianey acaba de regresar a la ciudad de México, después de haber ocupado el decimoprimer lugar en el medio maratón de Nueva York, competencia con mucho viento, menos frío de lo esperado y una vez más superó la marca personal al cruzar la meta en 1:12:22 que la ubicó como la mejor mexicana delante de Margarita Hernández y Brenda Flores.
Estoy contenta, pero no satisfecha, porque esperaba un mejor resultado, pero gracias a Dios mejoré mi marca, estoy contenta por eso, tenía 1:13:36 que había hecho en el parcial de Houston y creo que no está mal para inicio de temporada”, aunque de acuerdo a los entrenamientos estaba lista para acercarse a la frontera de la hora y 10 minutos, sin embargo, la evaluación le indica que va por buen camino.
Vianey iba en ascenso antes de las lesiones, en el 2013, en el maratón de Berlín, el más rápido del mundo ocupó el octavo sitio con 2:32:35, ascenso que tuvo que esperar hasta que fue atendida por el ex maratonista y médico de los corredores de fondo, en Puebla, Sergio Jiménez y el fisiatra Arturo Torres para que saliera adelante.
El parteaguas lo marcó como entrenadora Wanda Panfil en la vida de Vianey: “La profesora es la que nos ha enseñado mucha disciplina, hay que estar con ella en todo, a la hora que ella dice, en lo que ella dice y hacer todo lo que ella dice y eso nos ha funcionado mucho”.
No hay obstáculos ni límites para la licenciada en informática que tiene que hacer travesías de cuatro horas de Ecatepec al Ocotal o el Plan Sexenal para entrenar hora y media, todo porque ha dicho: “Sí es un poco tedioso andar en transporte público, pero si se ama lo que uno hace no hay obstáculos, me gusta mucho lo que hago y donde me digan ahí estoy”.
Vianey, integrante del equipo Emoción Deportiva, como una pluma afilada en medio de un tornado reaparecerá en la carrera tradicional de 10 kilómetros en Boulder, Colorado, en mayo próximo.