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1, marzo 2015 - 16:47

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POR DANIEL CHANONA
CORRESPONSAL

MADRID, España.- Los puritanos, quizá, echaron de menos un partido abierto, de vaivenes, de novela. Se batieron con dos propuestas, distantes, demasiado gráficas, que atesoran la esencia del futbol: defensa y ataque. Los equipos que hoy mejor la escenifican en el certamen ibérico saltaron de noche al estadio Santiago Bernabéu. La estadística, tan discutida como ortodoxa en la disciplina, avaló la pugna en orden de prioridades. Con anotaciones de Cristiano Ronaldo y Gerard Moreno, Real Madrid y Villarreal empataron 1-1 en la Jornada 25.

Cuanta solvencia en el Villarreal de Marcelino. Cuanta. La gracia de este equipo radica en la aplicación táctica. Quien juegue sabe defender, de qué manera recular y en cuánto tiempo reagruparse, además de cómo herir sin demasiado tintineo. Salió a no perder, y se aferró a su anhelo. Procuró atosigar al Madrid sólo en terreno amigo. Más allá del medio campo fue trinchera inexplorada para ofuscaciones banales sin la pelota en posesión. Estuvo cómodo haciéndola de acordeonista, desdoblando el instrumento cuando mejor afinado estaba y contrayéndolo para aventurar una nueva nota. Porque es un equipo mustio, capaz de atormentar a su oponente sólo con orden y llamamientos puntuales.

El Real Madrid propuso, siempre, con la mira desviada pero lo hizo, por iniciativa y en aras de erguirse hegemónico lo que resta de temporada. Con Isco y Toni Kroos como absolutos creativos. En cambio, el Villarreal tiró de la suerte. Rotó a un tercio de su plantilla, con Giovani Dos Santos como veintiúnico referente a la ofensiva, antes de su relevo por Luciano Vietto y la inclusión de Jonathan en la recta concluyente del festejo.

Arriesgaron mucho los de Castellón, lo suficiente como para que el Madrid produjera a cántaros saques de esquina en la primera parte. Uno tras otro, como la comilona de uvas en año nuevo, a excepción de que las añoranzas madridistas debían quedarse al margen, urgía eficacia, de la que también pecó en el complemento.

No fue sino una pifia de Eric Bailly la que derivó en el vigesimonoveno gol en liga de Cristiano Ronaldo. El central marfileño abrazó al portugués dentro del área hasta derribarlo. Bríos innecesarios. La acción se condenó al minuto 52 con un penalti que dejó fuera de sí al portero Sergio Asenjo, esclavo de su ambiente, acosado por doquier hasta el último pitido, y por entonces agraciado por las erratas sistemáticas de CR7 y Gareth Bale. A Karim Benzema solamente se le pudo ver cuando abrió paso a Javier “Chicharito” Hernández, que ingresó al partido ya próximo el final.

Gerard Moreno reescribió al 63’ la hoja de ruta del Submarino Amarillo. De zurda perforó el ángulo inferior izquierdo defendido por el guardameta Iker Casillas, que espabiló más con la resulta equiparada. El Real Madrid, topó con pared. Al Villarreal todavía le apetece estrechar la mano del Rey en la final de Copa, a expensas del Barcelona, que aboga por la utopía.

ALINEACIONES

Real Madrid: Casillas; Marcelo, Varane, Pepe, Carvajal; Silva (Jesé 71’), Kroos, Isco (Illarramendi 78’); Bale, Benzema (Hernández 80’) y Cristiano Ronaldo. DT.- Ancelotti.

Villarreal: Asenjo; Mario, Bailly, Dorado, Costa; Pina (Trigueros 61’), Sergio Marcos (Jonathan 68’), Moi Gómez, Campbell; Gerard y Giovani (Vietto 61’). DT.- García Toral.