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Mira

20, septiembre 2014 - 0:44

┃ María Vega

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México.- Atlantis agrandó su leyenda y se proclamó como el gran vencedor en la función del 81 aniversario de la lucha libre en México, luego de vencer a Último Guerrero, quien perdió su máscara y reveló su identidad en la Arena México.
Tres intensas caídas ofrecieron estos gladiadores, muy emocionante la última, que definió como ganador al “ídolo de los niños”, mientras que el luchador de “otro nivel”, con 26 años de carrera, dijo llamarse José Gutiérrez Hernández.
Con la canción de “El rey” llegó Atlantis al cuadrilátero y se marchó como tal, pues sumó a su colección una careta más, luego de las conquistadas en 30 años de carrera como las de Kung Fu, Mano Negra y Villano III, entre otros.
Tras dominar en la primera caída, el Guerrero se vio sorprendido con dos quebradoras, pero de inmediato apagó los ánimos de su rival para llevarlo a la lona, ponerle las espaldas planas, escuchar la cuenta de tres y tomar ventaja.
Arrodillado en su esquina, el rudo parecía agradecer a alguien su triunfo parcial, pero poco le duró el gusto, pues Atlantis castigó brazos y piernas de su rival para sacarle la rendición, ante la algarabía de miles de aficionados que abarrotaron el inmueble.
Ni siquiera los gritos de la fanaticada dividida pudieron despertar a un niño que dormía plácidamente en los brazos de su padre, quien saltaba de su asiento, con todo e hijo, cada vez que el réferi estaba cerca de contar las tres palmadas.
Con más ambición que espectacularidad, y ambos cansados tras varios minutos de intensa batalla, Último Guerrero se zafó en dos ocasiones de la “atlántida”, mientras otro aficionado suplicaba el fin de la batalla, pues, decía, “me cierran el metro”.
La tercera fue la vencida. El técnico volvió a realizar la “atlántida”, castigo que resistía el oriundo de Gómez Palacio, Durango, pero Atlantis se dejó caer de rodillas para provocar más dolor al Guerrero, quien no resistió y se rindió.
La afición explotó, se levantó de sus asientos y aplaudió la gran lucha que ofrecieron ambos contendientes, quienes se alabaron y felicitaron por el rendimiento ofrecido, antes de ser recompensados por la afición, que lanzó dinero al ring.
Si hace 29 años un terremoto sacudió la ciudad de México, hoy pareció repetirse el movimiento pero en la “Catedral”, con epicentro en el cuadrilátero, y un solo vencedor: Atlantis.