RIO DE JANEIRO.- En la primer pelea histórica de enfrentamientos entre profesionales y aficionado dentro de los Juegos Olímpicos de Río 2016, el mexicano Lindolfo Delgado, con el calzoncillo rojo, enfrentó al italiano Carmine Tommasone, en la jornada inaugural del torneo de boxeo con una derrota que le hizo derramar lágrima de impotencia al sentir que el resultado se inclinaba a su favor.

De nada sirvió tener a su familia y amigos del mexicano que llagaron procedentes de Linares, Nuevo León, para apoyarlo, ya que a pesar de que el rival llegó con la etiqueta de profesional, no fue notoria la superioridad arriba del cuadrilátero. Los jueces europeos se inclinaron por Tommasone, que tiene como principales cartas credenciales ser campeón nacional italiano y europeo.

La decisión fue unánime (27 – 30, 27 – 30 y 28 – 29), lo que frustra el camino del mexicano que se mostró con mayores recursos boxísticos a lo largo de los tres episodios, sobre todo el segundo donde dominó ampliamente al rival, sin embargo el resultado se inclinó a favor del europeo que se sacó la lotería con este resultado.

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El italiano buscó el boxeo en corto para compensar los siete centímetros de estatura, pero esa insistencia le permitió conectar un par de combinaciones en el curso de la pelea pero a Lindolfo, le faltó ser más insistente y conectar más golpes a la cara, en lugar de verse más profesional que el profesional en el encordado.

Uno de los detalles significativos al final de la contienda fue que el italiano se sentía derrotado, con la mirada dirigida hacia la lona y Lindolfo esperó que le alzaran el brazo. Sin embargo, las porras mexicanas callaron.

Tommasone se medirá al favorito para ganar la categoría de los 60 kilogramos, el cubano Lázaro Hernández, medalla de bronce en los pasados Juegos Olímpicos de Londres 2012 y tricampeón mundial en la división gallo y ligero, del 2011 al 2015.

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