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Mira

30, mayo 2016 - 23:46

┃ Luis García Olivo

entrenamiento-tricolor

Con un entrenamiento más en forma, ya que solamente falta Hirving Lozano, la Selección mexicana trabajó en el complejo olímpico de esta ciudad de cara al partido de mañana contra Chile en el segundo y último choque de preparación antes de comenzar con la aventura llamada Copa América Centenario.

Con las incorporaciones de Miguel Layún, Raúl Jiménez, Héctor Herrera y Jesús “Tecatito” Corona, y con un mayor volumen de trabajo de Oribe Peralta y Paúl Aguilar, Juan Carlos Osorio finalmente pudo laborar de una mejor manera. Eso le quedó claro, ya que a la hora de formar el interescuadras no tuvo objeciones en montar una y otra vez dos equipos con distintos planteamientos.

Tras la presencia de 22 elementos la práctica verde se tornó hasta duradera, ya que duró casi dos horas. Osorio pulió sus ideales de lo que quiere en el terreno de juego, expuso sus pretensiones y no tuvo problema con frenar las acciones para dejar en claro su filosofía.

En ese marco, los jugadores comprendieron y captaron la idea. Todos buscan sumar para hacer un torneo histórico y comenzaron con el pie derecho ante Paraguay, pero ahora sigue Chile en el segundo duelo de preparación.

Con el caer del atardecer, las familias de algunos jugadores como en el caso de Guillermo Ochoa apoyaron al guardameta del Málaga, quien aún disfruta del buen momento con el que se mostró ante los paraguayos.

A rededor de 50 aficionados librándose de las vallas, saltando bardas de un fraccionamiento y sorteando a la seguridad del lugar, desde lejitos observaron a sus ídolos. Sin embargo los jugadores les recriminaron su evasiva, ya que una vez arriba del autobús, éste no frenó y se dirigió al hotel de concentración, debiéndoles los autógrafos.