24, septiembre 2015 - 9:20
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POR A. G. GONZÁLEZ
ISIDORO Díaz tiene ganas de platicar. Atiende al teléfono y tras el primer minuto de presentación del tema inicia con las memorias de aquel Guadalajara. El Clásico es punto y aparte cuando se habla de futbol y de los momentos más importantes en la historia de las Chivas, a las que hoy le duele ver en la zona baja de la porcentual.
Para un hombre que lo ganó todo con el cuadro rojiblanco y que jugó en tres Copas del Mundo (1962, 1966 y 1970) recordar los episodios que vivió en los enfrentamientos ante los “millonetas” es volver a sentir todo lo que se genera en este tipo de partidos.
Miembro selecto del Campeonísimo del Guadalajara, el “Chololo” puede presumir lo que muy pocos. Es más, si se trata de las estadísticas en ese tiempo (de 1956 a 1965), las Chivas consiguieron 12 victorias por cinco empates y solamente tres descalabros. Hegemonía total sobre los de la capital.
Enfrentar al América significaba “una cosa de orgullo”, aunque el exmediocampista rojiblanco señala que “no quiero decir que esperábamos con ansias el partido éste, pero sí esperábamos ansiosos darles en la torre, ganarles siempre, y poníamos todo para hacerlo”.
Y no tuvo que esperar mucho para llenarse del sabor de victoria en estos Clásicos. En la misma temporada de su debut lograron vencer 7-0 a los americanistas, cuando todavía jugaban como locales en el Parque Oblatos en agosto de 1956.
“Eran partidos muy peleados en los que cada uno defendía su santo y la rivalidad se palpaba al momento de entrar a la cancha, tanto ellos como nosotros”, recuerda tan claro como las cosas que les motivaban a seguir adelante. “A nosotros nos decían los pata rajadas porque éramos inferiores económicamente que los de la capital, y nosotros hacíamos hasta lo imposible por hacerlos barrer el polvo, eran unas ‘pelas’ que le poníamos a los pobres americanistas que yo creo que no quisieran recordarlo”.
El señor Díaz tiene sentimientos encontrados al observar lo que sucede con sus Chivas en la actualidad. Verlos pelear por no descender “da tristeza, mucha tristeza porque el Guadalajara no tiene por qué andar en esas cosas, y no sé si es culpa de los directivos o del entrenador que no se fajan bien. Para nosotros estar en la Primera División era lo máximo, la gente nos trataba diferente, con más respeto, y querías estar en Primera”.
Pero sabe que algo ha pasado en todo este tiempo y que eso tiene que ver con el dinero, que los futbolistas ya no suelen entrar a la cancha por los mimos motivos que antes. Y recuerda: “Yo no cobraba mucho, pero era feliz porque me encanta el futbol y hacía lo posible por agradar a todos en la cancha. Antes era una afición aficionadísima, pero sin broncas como hoy en día, eran apasionamientos con porras”.
Desfavorecidos por el momento que vive uno y otro equipo, entiende que a Chivas las ven como víctimas –sobre todo los aficionados-, pero apela a que por esta ocasión, los actuales integrantes del plantel rojiblanco saquen el orgullo y logren la victoria.
“Chivas tiene que hacer todo para darles en la torre para que se les quite lo habladores. No porque sea favorito el América se deben sentir seguros del triunfo. Claro que para eso le tienen que poner valor”, comentó. Que jueguen al futbol y que le pongan cariño a la camiseta, porque esa camiseta siempre tiene que ser respetada y muy querida. Hoy en día lo más querido es el dinero, los tiempos cambian, pero ojalá lo entiendan”.
Antes de colgar el teléfono, don Isidoro reitera la esperanza de que el sábado se presente un triunfo de sus queridas Chivas ante el acérrimo rival. Se ríe, termina la charla con el buen humor que recordar aquellos años genera y manda un abrazo a la distancia.